Cerrar una empresa no es un proceso simple, pero hacerlo de manera planificada ayuda. Las socias Carolina y Paula* tenían una empresa de marketing digital, con un equipo de 8 personas. El negocio andaba bien, pero apareció una mejor oportunidad y decidieron cerrar la empresa en el plazo de un año.
Lo primero que pensaron las socias fue en que sería necesario pedir un crédito para pagar los finiquitos.
Catalina y su equipo de Adomo llevaban dos años apoyándolas con sus tareas administrativas: facturación, cobranza, pago a colaboradores, entre otras. Cuando las socias les plantearon la situación, les sugirieron hacerles una proyección del cierre, donde se revisaría:
Finiquitos a pagar
Gastos fijos proyectados
Cuentas por cobrar
Cuando las socias conocieron en detalle sus números, fue evidente que no era necesario pedir créditos. Bastó negociar correctamente los finiquitos para llegar al objetivo de cerrar con utilidades.
Como Adomo llevaba la administración de la empresa hace unos años, tenía un conocimiento detallado de sus clientes, plazos de pagos de éstos, gastos fijos y cómo se comportaba la caja. Esto permitió proyectar de manera exacta los flujos y analizar cómo sería cerrar la empresa de manera adecuada. Lo proyectado calzó perfecto con lo real, pero no era lo que en un principio pensaban las socias. ¡Que fundamental es tomar decisiones con los números proyectados y no según la sensación de “guata”!
Las pymes muchas veces no tienen tiempo y/o conocimiento para entender sus resultados y toman decisiones a ciegas. Para no perder el foco de su negocio, se pueden apoyar en empresas especializadas en administración, como Adomo, quienes pueden prepararles los reportes financieros adecuados para que puedan tomar decisiones basadas en información real y confiable.
*Los nombres fueron cambiados.